miércoles, 7 de abril de 2010

Ahora como bestia me desprecio

El sondeo de la guitarra me envuelve como si por primera vez me abandonase para olvidar que algo no irá más allá que un simple nervio por bajo de la pansa, nervios adormecidos por la poca sustancia de desenfreno que tengo al mirar al redentor asecharme y asechar. Es el compromiso lo que nos impulsa a fecundar la ironía y la rabia de no haberlo deseado antes de que la luna cayese sobre el sol contaminado por la inocencia de dos hembras paradas bajo un foco.
Si no se puede dar lo que esta fuese la verdad, me iré a caer de tanta alegría, porque si estamos despiertos antes de que llegue la mitad de la noche, te diré que te amo desde lo más profundo del ser que se desvanece cada vez que debe anularse con cada mirada que pretendo abrir. Ahora como bestia me desprecio, y la noche ya seguir nuca mas lo hare, porque para ella, tu, ahora antes y después, no habrá mas tiempo que el de ahora, solo espero que no me esperes y que juegues con mi ser a nunca olvidar, que nos sirvan las canciones que nos hicieron extrañar, para que nos comprometamos como si fuese por primera vez, con esos besos llenos de sal y de fulgor. Que todo el eterno me rodee, amenazándome de perder el objeto otra vez, así estaré mas pendiente de no dejarte dar soga y no dejarte pensar que me podrás dejar. Nunca más lo permitiré, anclando de tus aros las estrellas más grandes para que no te puedas mover de mi corazón, atando tu cabello a la trenza más corta para que no puedas alejar de mí ese aroma que de tu pecho me vuelve loco. Me disculpo conmigo para olvidar el desprecio, pero qué más da, yo estoy aquí, tu allá, y ya veremos qué pasa, solo espero que no vuelva a faltar otra pata de la cama.

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