Con pasos de rencor que no sepamos hablar, anudados desde el vientre hemos rendido, y sin previo aviso ahora los inviernos se hacen cada vez mas lejanos. Comamosnos las flores haber si de cariño sepamos de que hablar.
Pero siempre lo supimos, no nos caímos, nos empujaron y nos amordazaron sin previo anhelo.
Quizás las nubes nuestras no son, ni la conciencia lo sera. pero podemos aun escuchar y observar.
Arranquemosnos los cables y quitemosnos la arena de los ojos, haber que una de tantas lluvias, la bulla sea lo que sepamos hablar.